Málaga, cuaderno de viaje

Luis Ruiz Padrón (Málaga, 1969) es arquitecto por la Universidad de Sevilla. Desde 2011 trabaja también en el campo de la ilustración y los cuadernos de viajes. Ha expuesto sus dibujos en diversos lugares de España, Bélgica, Francia, Italia y Canadá. Es columnista del diario La Opinión de Málaga, donde escribe semanalmente sobre patrimonio y ciudad; y corresponsal en Málaga del colectivo internacional Urban Sketchers. También publica sus dibujos y reflexiones sobre asuntos urbanos en su blog personal: www.luisrpadron.blogspot.com".
 
Decía John Berger que dibujar es descubrir, que «el acto mismo de dibujar es lo que fuerza al artista a mirar lo que tiene delante, a diseccionarlo y volver a unirlo en la imaginación». Esta circunstancia ocasiona que las experiencias vitales que son dibujadas queden registradas en la memoria con mucha mayor intensidad. Nada más apropiado que un cuaderno de dibujo pues para explorar un lugar desconocido, si se dispone del tiempo necesario. Al contrario que la foto fugaz, el proceso del dibujo in situ hace que el sitio vaya desvelando sus claves con parsimonia al observador paciente. Detalles, luces y sombras, texturas… pero también van surgiendo personajes, conversaciones y aromas.

Con este espíritu, “Málaga, cuaderno de viaje” nace como recopilación de dibujos realizados del natural sobre cuadernos, en los que este autor había ido recogiendo múltiples facetas de su ciudad natal. En cierta forma se podría tratar de un uso forzado de la expresión “cuaderno de viaje”, pero no lo es por dos razones: por un lado, la técnica utilizada es la propia de ese género; y por otro, aunque el dibujante retrata escenarios para él cotidianos, no deja de tratarse de un itinerario real por Málaga, como se recoge en el plano que se encuentra en las guardas traseras del libro, mediante el cual explora el lugar en que vive con la ayuda de papel y acuarela.

«El amado suelo de mi patria vuelve a proporcionarme alegría y dolor», son las palabras con las que Friedrich Hölderlin comienza su Hiperión. Emociones que también experimentó el autor durante la elaboración de las imágenes contenidas en las páginas de “Málaga, cuaderno de viaje”. En ellas, la jubilosa vista del Mediterráneo o de venerables piedras bañadas por la luz meridional conviven con escenas de lastimoso abandono, testimonios de un mundo que se extingue y que, en el mejor de los casos, es sustituido por formas banales de la estética del consumo; en el peor, la nada se adueña de los paisajes que un día fueron familiares.

Este libro pretende ser el retrato de una ciudad palpitante y real, pero cuya presencia en la forma en que la conocemos se nos desliza entre los dedos, y por eso muchos de los apuntes están realizados con la urgencia de levantar acta de escenas que hoy se nos antojan permanentes y que, sin embargo, mañana quizá no existan. En sus páginas hay cierta nostalgia, pero sobre todo reivindicación de una ciudad que sea lugar de encuentro entre las personas, en la que tradición y modernidad convivan amigablemente, y en la que los monumentos no pueden entenderse sin el gentío animado en calles y plazas. La catedral y la alcazaba no pueden faltar en una descripción visual de Málaga confeccionada bajo estas premisas, pero tampoco el pescadero pregonando su género bajo las arcadas del mercado central, el burrito Platero de bronce en que todos los niños malagueños han sido fotografiados, los atascos de la Alameda Principal,  las jábegas o los atardeceres en los baños del Carmen. 

Si te interesa, puedes encontrarlo en la Biblioteca Universitaria.

Luis Ruiz Padrón, Arquitecto

Comentarios

  1. Encantador recorrido por nuestra ciudad. ¡¡Gracias!!

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    1. Es un libro bellísimo y que se disfruta enormemente, si. Estamos encantados con él, en la Biblioteca de la Universidad.

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